miércoles, 9 de agosto de 2017

Las elecciones cubanas

UN EJERCICIO DE DEMOCRACIA POPULAR Rafael Carela Ramos Las elecciones en Cuba, cuestionadas y vilipendiadas por los enemigos externos e internos de la Revolución constituyen, además de un derecho constitucional de los cubanos, un ejercicio de democracia popular. En uno de los principales demonizadores de nuestras elecciones, Estados Unidos, por ejemplo, los comicios se caracterizan por la gran cantidad de dinero que se invierten en las campañas electorales, lo que asegura que ningún trabajador puede ser elegido; la politiquería que les acompaña, con las ofensas y el sacar trapos sucios del adversario incluido, así como el hecho de que no siempre gana el que más votos de la población alcance, como en el caso del presidente Trump, que ganó con menos votos logrados que la Clinton. En Cuba, de acuerdo con la Ley 72 (Electoral), en el país están establecidos dos procesos electorales. Las Elecciones Parciales, que se realizan cada dos años y medio, en las que se eligen a los delegados muni cipales, y las Elecciones Generales, que tienen lugar cada cinco años, y donde son electos los delegados provinciales y los diputados a la Asamblea Nacional del Poder Popular. El Sistema Electoral Cubano se rige por principios y normas que lo distinguen, respecto a la gran mayoría de las sociedades de consumo del mundo, pues mientras aquí prevalece el mérito y la capacidad de las personas a la hora de ser elegidos, en esos países el dinero define a los vencedores. Aquí, todos los ciudadanos cubanos mayores de 16 años y con capacidad legal tienen derecho al voto, que es libre y voluntario, y por tanto, nadie está obligado a acudir a las urnas, sino que lo hacen porque este acto constituye un derecho y un deber patrio. Uno de los principios fundamentales de las elecciones cubanas, es la participación de todo el pueblo, de manera directa o indirecta, en todos los pasos de su desarrollo, desde el establecimiento de su condición como elector, pasando a la nominación de candidatos en asambleas de la comunidad, el sufragio voluntario y secreto del elector, hasta la verificación oficial de los votos alcanzados por cada propuesto. Además, no es el Partido el que nomina a los candidatos, como en la gran mayoría de las elecciones en los países capitalistas, sino los electores en asambleas de vecinos, y que posteriormente eligen, en forma directa y secreta, como sus delegados a las asambleas municipales. En los comicios en Cuba está prohibido, y constituye una violación de la Ley Electoral, la realización de campañas electorales, a todos los niveles; la compraventa de votos; el ofrecimiento de favores a cambio de ser elegido, y otras acciones que nada tienen que ver con el carácter democrático, transparente y popular de estas elecciones. La transparencia de estos procesos es quizás uno de los principios más llamativos de las elecciones cubanas, empezando por la más estricta imparcialidad de las autoridades electorales, las que se designan teniendo en cuenta su conducta ciudadana, prestigio y capacidad, así como el hecho de que antes de la votación, los electores pueden participar en comprobar visualmente que las urnas están vacías antes de ser selladas. La confianza en la aplicación de estos principios y normas, que son reflejos del quehacer de la Revolución cubana, han dado lugar a la gran participación de la población en los procesos electorales y en la calidad de las votaciones efectuadas a lo largo de estos años. Así, en los comicios parciales del 2015, por ejemplo, en la provincia de Santiago de Cuba, de 749 474 electores, votaron 681 662, para un 90,95 %, con 63 905 boletas válidas, para un 92,99 %, 28 305 en blanco, el 4,15 %, y 19 452 anuladas, el 2,85 %, según información de la Comisión Electoral Nacional. A nivel nacional, la Comisión Electoral Nacional informó preliminarmente que votaron 7 millones 583 mil personas, para el 88,30 % de los electores registrados, y eligieron 11 425 delegados, el 50 % de los cuales fueron ratificados, con el 34 % de mujeres y el 14 % de jóvenes. El pasado 14 de junio, el Consejo de Estado de Cuba convocó a Elecciones Generales 2017-2018, cuya primera fase, las Elecciones Parciales, tendrán la primera vuelta el próximo 22 de octubre, para la cual ya se preparan las autoridades electorales correspondientes. Las elecciones cubanas no son, ni pretenden serlo, un modelo que todos deben seguir, pero se sustenta en principios éticos y morales que sí pueden servir de modelo a sus detractores.

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