lunes, 19 de febrero de 2018

La Doctrina Monroe no tiene cabida entre nosotros



Rafael Carela Ramos    

El secretario de Estado norteamericano  Rex Tillerson, en el inicio de su reciente viaje por varios países de América Latina, hizo declaraciones injerencistas que instigan al derrocamiento del gobierno legítimo de Venezuela; intentó socavar el rechazo de la comunidad internacional a las medidas del endurecimiento del bloqueo de USA contra Cuba;  y ponderó la Doctrina Monroe, enfatizando que “ es hoy tan relevante como cuando se escribió”, hecho que constituye un nuevo atropello contra la región,  lo cual ha despertado la alerta y el repudio de nuestros pueblos.

La Doctrina Monroe, según las fuentes consultadas, que se sintetiza en la frase «América para los americanos», fue elaborada por John Quincy Adams, y presentada al Congreso por el entonces presidente James Monroe, el 2 de diciembre del  año 1823. Establecía el documento que cualquier intervención de los europeos en América sería vista como un acto de agresión que requeriría la intervención de Estados Unidos.

En realidad, “América para los americanos” quiere decir América para Estados Unidos, que considera a Latinoamérica como su patio trasero.

A lo largo de la historia, se ha demostrado que esa Doctrina  ha sido utilizada para justificar las numerosas intervenciones militares contra Latinoamérica, y el apoyo y financiamiento a golpes de Estado  contra gobiernos legítimamente elegidos por su pueblo, pero que no fueron ni son del agrado de los intereses estadounidenses.

La relación de estas agresiones es larguísima, pues de una forma u otra, comenzó con México en 1846, siguiéndole en orden, Nicaragua, 1855; Cuba, 1901; Dominicana, 1904; Panamá, 1908;  Nicaragua, 1912; Haití, 1915; Dominicana, 1916; Honduras, 1924; Panamá, 1925; Nicaragua, 1933, Guatemala, 1954; Dominicana, 1965; Granada, 1983; Panamá, 1989.

De misma forma, apoyó y financió los golpes de Estado o invasión, en  Cuba, 1952; Ecuador, 1961; Dominicana, 1963; Brasil, 1964; Uruguay y Chile, 1973; Venezuela, 2002, entre otros; y la derrotada invasión por Playa Girón, Cuba, en 1961, todo lo cual ha costado cientos de miles de muertos.

Estas acciones  no fueron para defender a estos países de intervenciones europeas, sino con el propósito de apropiarse de recursos estratégicos, el control territorial o  para la expansión  del modelo económico neoliberal.

Ahora, el recetario Tilleson, en concordancia con las indicaciones de su jefe el presidente Donald Trump, pretende revivir la  Doctrina Monroe, empezando por el derrocamiento del legítimo gobierno bolivariano, con la complicidad de algunos  gobiernos de países afines, y en el caso de Cuba, entre otras medidas, con la creación de una Fuerza de Tarea en Internet, con el objetivo de subvertir el orden interno en la isla, olvidando que aventuras anteriores, como el caso de los proyectos contrarrevolucionarios ZunZuneo, Piramideo y Commotion, en 2014, además de las mal llamadas Radio y TV Martí, fracasados ruidosamente.

Y quiero concluir citando un párrafo de la declaración que al respecto, diera a conocer al Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba: “Es obvio y lamentable que ni el Presidente de Estados Unidos ni su Secretario de Estado conocen  a América Latina y el Caribe. El nuestro ha sido un continente sometido al dominio humillante de EE.UU., interesado sólo en extraer sus recursos en una relación desigual. Pero Nuestra América ha despertado y ya no será tan fácil doblegarla”.   

            







































































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